La artista plástica Gloria Martín, quien formó parte de la cuarta promoción de jóvenes creadores de la Fundación Antonio Gala, ha inaugurado su exposición individual Plinto, zócalo, cornisa en la galería de arte Birimbao de Sevilla (C/ Alcázares, 5). Esta muestra es una mirada hacia abajo y hacia arriba a la vez. Un desplazamiento del foco en el que la pintura se sitúa, en ese lugar donde las cosas se construyen, donde se sostienen, donde comienzan a hablar antes de ser visibles. Este nuevo cuerpo de trabajo toma como punto de partida la pintura y la cerámica, entendidas no como objetos concluidos, sino como huellas de un proceso más amplio, como partes de algo mayor que las contiene y las excede. A Gloria Martín le interesa ese momento en que las obras todavía no son, pero ya están siendo. Ese intervalo es una constante en su práctica pictórica y en este proyecto se amplifica al mirar no sólo el objeto final, sino la atmósfera que lo antecede.
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