El artista plástico Víctor González, quien fue miembro de la vigésimoprimera promoción de jóvenes creadores de la Fundación Antonio Gala, ha inaugurado su exposición individual Objeto de culto en la galería Sorondo Projects de Barcelona (C/ Trafalgar, 32). En esta muestra, la pintura se despliega como un ritual, un espacio de paso donde coexisten fragmentos, rastros y procesos. A través de un ecosistema abierto de materiales como papel, tela, cartón y metal, Víctor González construye atmósferas de contemplación, donde el acto de pintar se centra menos en la maestría que en la presencia, la sugestión y el encuentro. Entre lo que escapa y lo que permanece, su práctica busca el momento elusivo en el que el significado emerge casi al pasar, un equilibrio que se mantiene en puntillas. Cada gesto, nota o fragmento se conserva como los restos atesorados por un antiguo artesano, a la espera de su futuro uso. La pintura se convierte en un campo de reverberaciones, un lugar donde lo simbólico y lo telúrico resisten a la fijación, siempre en movimiento hacia lo desconocido.

>